jueves, 18 de junio de 2015

Tabaco y espejos

Casi todo tiene sus ventajas e inconvenientes: tomar vitaminas, comer carne, beber vino, tener canas o teñirse. Pero el tabaco solo tiene inconvenientes: si fumás, dejálo, y negate a respirar el humo de los demás si no fumás. No resulta fácil dejarlo. Sabiendo esto, parece que existe muy poca compasión por los fumadores que quieren dejar de fumar, ya que las estadísticas indican que cuatro de cada cinco se encuentran en esta situación. Si bien entendemos que los alcohólicos y drogadictos necesitan pasar semanas en centros de rehabilitación y asistir a reuniones durante el resto de su vida, muchos de nosotros esperamos que los fumadores abandonen su hábito con un poco de voluntad en la primera tentativa.


Si sos una fumadora que intenta dejar el tabaco, perseverá hasta que lo consigas y sé compasiva con vos misma si quienes te rodean no lo son. En el caso que empezaras a fumar en la adolescencia, pensá que entonces eras otra persona, ahora ni siquiera tenés las mismas células en tu organismo. En cierto sentido, tenés la extraordinaria misión de superar una adicción en la que otra persona te inició. Volvé a ponerte en contacto con aquella joven. ¿ Por qué empezó ? ¿ Fumar estaba de moda ? ¿ Era una manera de romper las normas impuestas por los padres ? ¿ O tal vez una estrategia para perder peso, sentirse aceptada, o superar el nerviosismo y la timidez ? Ayudá a esa niña que todavía llevás dentro, con una terapia, una práctica espiritual o las entradas de un diario, para que se sienta fuerte, segura y respaldada; y dejá que la energía de aquella niña que se fumó aquel primer paquete te ayude a apagar tu último cigarrillo.


Sé consciente de lo muche que hay en juego: para empezar, tu vida.
Todas sabemos que fumar provoca cáncer de pulmón, enfisema, enfermedades coronarias, defectos de nacimiento, y dificultades respiratorias. También puede trastocar tu aspecto: descompone el colágeno de tu piel (la sustancia que la gente paga para que le inyecten en la cara) y crea una legión de radicales libres dispuestos a dañarte el cutis. Si lo dejaras, o si nunca hubieras empezado a fumar, tu rostro tendría un color más saludable y menos arrugas en las comisuras de ojos y boca, y te saldrían menos espinillas y sarpullidos. Mejor aún: pasados tres años, los pulmones de una ex fumadora pueden parecerse a los de alguien que no ha fumado en su vida.
Dejálo al mismo tiempo que una amiga; unite a un grupo de apoyo; masticá chicles o ponéte parches, o lo que sea. Si no da resultado, volvé a empezar. Si volvés a fracasar empezá de nuevo. Esta vez llevás las de ganar. Cuando ganes podrás vivir para convencer a tus nietos y bisnietos de qu no fumen.
Respecto a los cigarrillos de otros, no tiene nada de malo pedir a un fumador que fume en otro sitio en el que vos no respires. Al igual que un fumador tiene derecho a fumar de una manera digna, un no fumador merece respirar hondo, envejecer despacio y hacer valer sus derechos.



Palabras revitalizantes: Hoy es un buen día para salvar mi vida.

Fuente: Cada día más joven. Victoria Morán. 

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