martes, 10 de noviembre de 2015

Nociones sobre el filtro solar

En la década de 1950 y 1960, el bronceado era señal de belleza y salud. Entonces quemarse primero para luego broncearse era "normal" según algunas personas; y que saliera una ampolla, al menos una vez cada verano, era como llevar las rodillas peladas, parte consustancial a la infancia. Ahora sabemos que quemarse por efecto del sol es como matricularse en el club de las arrugas e incluso del cáncer, y que estamos más expuestos a los efectos nocivos de los rayos solares antes de cumplir la mayoría de edad. No podemos dar marcha atrás en el tiempo, pero si podemos atenuar los efectos negativos que hemos ido acumulando hasta la fecha:

  • Usá un filtro solar con un FPS (factor de protección solar) de al menos 15 que incopore protección contra los rayos UVA y UVB. Aplicalo sobre la crema hidratante y bajo la base del maquillaje, si es que usás, aunque esta contenga filtro solar. Los filtros químicos pueden tardar hasta media hora en hacer efecto. 
  • Repasá los números. Con un FPS 15 podés permanecer al sol sin quemarte quince veces más tiempo que en condiciones normales. Muchos expertos coinciden en que un FPS 15 es adecuado, porque ningún filtro solar dura todo el día y de todas formas tendrás que volver a aplicártelo, aunque las personas de tez muy clara podrían beneficiarse de un producto con un FPS más elevado.
  • Tené el filtro solar a mano y aplicátelo a menudo. Guardá un tubo en el cajón de tu escritorio y otro en el auto. Date retoques cada dos horas si vas a estar fuera. Y no lo escatimes; necesitas una dosis del tamaño de una almendra para rostro y cuello, y nos treinta gramos para el resto del cuerpo.
  • Usá polvos para la cara con FPS. Nada más fácil que retocar los polvos de maquillaje para renovar la protección.
  • No olvides las partes más descuidadas: oreja, nuca, brazos (en especial el izquierdo si conducís en manga corta), el empeine de los pies cuando llevas sandalias, y el escote, esa zona entre cuello y pecho que, si olvidas, se puede convertir en un parche antiestético de piel reseca y descolorida, que contrasta con un rostro mimado y las partes de tu cuerpo que han estado tapadas. Ponete filtro solar (o una crema de manos que contenga FPS) en el dorso de las manos cada vez que te las laves.
  • Tené presente que las nubes y las ventanas no se comportan como filtros solares. La exposición a los rayos solares es acumulativa. Potegete cada día. Cuando estés sentada bajo techo al lado de una ventana soleada imaginate que estás al aire libre. Los rayos solares, en especial los envejecedores Uva, no tienen inconveniente en traspasar el vidrio. Al aire libre, incluso una ligera camiseta puede dejar pasar los rayos dañinos, Esto no es motivo de alarma si vas de compra por la ciudad, pero si caminás más de quince kilómetros, tené cuidado.


ACTO REJUVENECEDOR: Acostumbrate a usar un filtro solar. Dejalo a la vista y practicá poniéndote un poco antes de salir, después de lavarte las manos, y cuando notes la agradable y cálida sensación de sol que entra por la ventana. 

Fuente: Cada día más joven. Victoria Morán.

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