Está bien que quieras mejorar tu
aspecto y quieras verte mejor, pero me encantaría que tu motivación para llevar un estilo de vida saludable y
ponerte en forma no solo sea tu apariencia física, ¿por qué?, porque siempre te vas a encontrar con
detractores que no les gusta lo que ven (o aunque les encante se niegan a
reconocerlo).
Unos te van a decir que deberías
perder peso, otros te dirán que te estás quedando demasiado delgada, para
algunos te faltará masa muscular mientras que para otros estás perdiendo tus
formas femeninas, el caso es que siempre vas a recibir críticas, pero… ¿y qué más da lo que piensen los
demás?, sólo importa lo que realmente pienses vos y si de verdad querés
verte mejor físicamente primero te tendrás que querer y aceptar tal como sos, porque aunque siempre se puede
mejorar, vos ya sos maravillosa.
Muchas personas con hábitos de vida poco saludables
van a intentar justificar su estilo de vida a costa de criticarte, porque
estás haciendo las cosas bien para tu cuerpo y tu salud, pero… ¿sabés una
cosa?, a ellos en el fondo les gustaría tener tu disciplina y tu determinación
para hacer lo que estás haciendo, cuidarte, aunque claro, nunca lo van a
reconocer.
La verdad es que a todos nos gustaría sentirnos bien con
nosotros mismos, pero es mucho más sencillo sabotear la seguridad de las
personas en las que nos gustaría convertirnos y criticarlas que
hacer el esfuerzo de asumir que realmente somos nosotros los que deberíamos
cambiar y tomar conciencia de que lo estamos haciendo mal en vez de “machacar”
a los que ya se han puesto “manos a la obra” para verse y sentirse mejor.
El primer paso: Aceptate como sos.
Todos tenemos una genética diferente, unos somos más altos y otros
más bajos, unos son rubios y otros morenos y todos también nacemos marcados con
un somatotipo que
va a definir la estructura de nuestro cuerpo y en función de eso, donde
tendemos a acumular la grasa.
No existen cuerpos mejores que otros, simplemente existen cuerpos
diferentes, y una vez que aceptemos el tipo de cuerpo que tenemos vamos
a poder trabajar para mejorarlo.
Es importante que te sientas orgulloso de tu cuerpo y que no lo compares
con el cuerpo de otra persona, si comparas tu cuerpo constantemente con
el de la/el súper modelo de moda nunca te vas a sentir orgullosa de tu propio
cuerpo, pero si comparás tu versión actual con la de hace algunos meses seguro
que te vas a sentir orgullosa y continuarás por el buen camino.
Si hay un consejo que te puedo
dar desde la experiencia de estos últimos años es que dejes de preocuparte por las cosas que no podés
cambiar y te preocupes por las que sí que podés cambiar desde ahora mismo, si
creés que podés mejorar… ¡hacelo!, y sobre todo disfrutá del
camino, disfrutá cuando haces las cosas bien pero también disfrutá cuando las
hacés mal. Si un día tienes buenos planes y te saltás el entrenamiento o te
apetece darte un homenaje culinario hacelo sin remordimientos, porque eso
también es parte del camino hacia una vida saludable.
Por cierto, ¿sabés una cosa?, así, tal como eres maravillosa, no
pierdas de vista las cosas buenas que ya tenés intentando cambiar las que no
tenés y aprendé a ser la mejor versión de vos misma.
Fuente:
Raquel Domínguez, a través de su blog Operación Bikini
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